El jugador juvenil del Stoke City Andrew Hall confesó haber matado a su
novia de 15 años y en consecuencia fue condenado a cadena perpetua.
Andrew Hall, de tan solo 18 años, reconoció haber acabado con la vida de
su pareja durante una fiesta en la casa de unos amigos al asestarle
sesenta puñaladas repartidas entre la cabeza, el cuello y el cuerpo. La
víctima falleció a las 1:30 horas del nueve de junio como consecuencia
de sus heridas y la pérdida de sangre.
En el momento del asesinato Hall formaba parte de la academia del Stoke
City y estaba cerca de firmar un contrato como jugador profesional con
el club.