La maldición se acabó y Chelsea por fin entró al Olimpo europeo como
monarca continental. No fue un juego sencillo para los Blues, estuvieron
a minutos de ser perder la copa hasta que apareció el que sin duda fue
el mejor jugador del torneo para ellos, Didier Drogba para empatar el
juego y dejar la mesa puesta para queentre él y Peter Cech se vistieran
de héroes en la tanda de penales.
El primer tiempo es cierto que quedó a deber, Chelsea imitó el juego
ante el Barcelona y logró cerrar todos los espacios para el conjunto
alemán que se encontró con una muralla azul que a pesar de no contar con
su capitán y líder de la zaga John Terry presentó una buena defensa a
los embistes teutones.
Para el complemento, la tónica del encuentro no cambió mucho, sin
embargo, cuando parecía que el 0-0 era inminente, apareció Toni Kross
para enviar un centro pasado que encontró la cabeza de Thomas Muller e
hizo estallar en júbilo el Allianz Arena. El Bayern se sentía campeón,
hasta que apareció la figura de Didier Drogba.
Con el reloj prácticamente marcando la hora, Chelsea consiguió su primer
y único tiro de esquina hasta el momento.
El centro fue a primer poste y ahí se levantó Didier Drogba para girar
la cabeza y poner un remate certero a donde estaba Manuel Neuer que nada
pudo hacer ante la potencia que llevaba el balón.
En el tiempo extra el momento importante llegó cuando Arjen Robben tuvo
un penal a favor de su equipo pero que terminó entregando al arquero
Peter Cech que se lanzó a su izquierda para en dos tiempos quedarse con
el esférico y las ilusiones de los aficionados germanos.
La emoción llegó a su punto máximo en la tanda de penales. Philipp Lahm
cobró de manera correcta, Juan Mata erró su disparo y sin fallas
cobraron Mario Gómez, David Luiz, Manuel Neuer, Frank Lampard hasta que
apareció el croata Ivica Olic que falló su disparo atajado por Cech.
El desenlace fue caótico para los de casa. Ashley Cole empató la serie
de penales, luego llegó el casi siempre seguro Bastian Schweinsteiger
para ser víctima de la altura del portero checo que rozó y mandó al
poste el balón. El final no pudo ser mejor para los Blues, Didier Drogba
tomó el balón, se paró con propiedad ante Neuer a quien engañó y tocó
tierra prometida por primera vez en la historia del club londinense.